STID-IDSIMEX
Por Danny Hernández
Abstracto
El presente documento, se abunda sobre del término, homólogo al título del presente: “Internet de las Cosas”, el cual surge como consecuencia de una nueva tecnología ya gestada en la segunda guerra mundial para la identificación de aviones mediante ondas de radio pero que en los últimos tiempos, gracias a los semiconductores y con las técnicas de escalabilidad de componentes electrónicos (VLSIC Very Long Scale Integrated Circuits) ha tomado ya su lugar en el mundo actual como uno de los principales medios de identificación, estamos refiriéndonos al RFId (Radio Frequency Identification por sus siglas en ingles).
El término en si “Internet de las Cosas” torna impactante y a la ves ambicioso, pues tiende a ubicar o involucrar al RFID permeado a nivel global y específico en los diversos ámbitos de la vida moderna, una vida que entre otras facetas, se encuentra ya sumergida en la generación y adquisición de objetos que pertenecen a la producción industrial o la producción en masa.
Revisaremos el estado actual del término en respecto de la tecnología actual, así mismo lo que ha representado para Idsimex en sus ya casi 15 años ofreciendo productos RFID de alta calidad en el mercado del continente americano como parte de la estrategia comercial de STid Francia, líder en la tecnología RFID, con presencia global mediante sus diferentes subsidiarias distribuidas en el globo terráqueo.
Introducción
No podríamos pasar de lleno al término “Internet de las Cosas” sin antes reparar un poco en la tecnología RFId.
¿Qué es la tecnología RFID?
La tecnología RFID por sus siglas en inglés Radio Frecuency Identification, es aquella tecnología básicamente empleada en la identificación de diferentes entidades mediante un tag colocado en ellos, esto puede obedecer a distintos propósitos como pueden ser:
1) La identificación de Personas
2) La identificación de vehículos
3) La identificación de objetos
Técnicamente el RFID en general consta de dos elementos principales, a mencionar:
1) Elemento normalmente identificado como “Lectora”: Éste elemento en sí cumple dos funciones esenciales para establecer un sistema RFID,
a. el primero de ellos es el de transmitir vía ondas de radio (a determinada frecuencia) energía. La intención de ésta energía es para proporcionar al segundo elemento de un sistema RFID los tags.
b. La segunda función que nos viene a cumplir la lectora corresponde a la recepción de la información enviada por el segundo elemento una vez que recibió esa energía, esa información en primaria instancia consta de la identificación individual de cada elemento de éste segundo bloque del sistema RFID
2) El elemento normalmente conocido como “Tag”, cuya función es la de captar mediante ondas de radio la energía de la lectora y usar ésta misma para enviar, de regreso a la lectora y en primera instancia, un número de identificación.
Bajo dicho principio el RFID puede encontrar diversas variantes, lo anterior debido a las diversas variantes empleadas para generar un sistema RFID, en éste sentido, la principal variante se encuentra en la frecuencia de la portadora por la cual la lectora le envía energía al tag y por la cual recibe el número de ID primeramente del tag, es preponderante porque éste valor medido en Hercios (Hz) dependiendo su valor determinará en muchas formas la capacidad de un sistema RFId, por ejemplo: la distancia de lectura, la velocidad de comunicación, capacidad de detección de diversos tags a la vez, etc…
Hay que decir que cada una de las diversas variantes de sistemas RFID ha encontrado un nicho de aplicación en la industria de la identificación muy específica y además con gran solidez. A decir, han brindado enorme utilidad a aplicaciones como: control de acceso personal o vehicular, monedero electrónico y por último la identificación de objetos.
Es ésta última aplicación la que nos lleva a hablar del tema del presente artículo, “El internet de las Cosas”
“Internet de las Cosas”
Éste termino aunque pueda tender a impactar y de ambicionar una realidad futurista en la que se involucra al RFID para formar parte absoluta de todas las cosas que la vida moderna adquiere y produce en un escenario de producción industrial, abarcando tanto electrodomésticos como la industria del vestido, del calzado, la industria tecnológica y valiendo la redundancia de la industria industrial; también se puede pensar el término como un ente tecnológico poderoso e involucrado en muchos aspectos con todas las actividades humanas; puede ser una visión en la que se proyecta una interface en la que los productos se digitalizan bajo un número de identificación para complementar una “World Wide Web” que hoy por hoy sólo mira datos, multimedia y software, en un ánimo progresista que ha logrado aglomerar en las bases de datos también a las cosas tangibles.
El término “Internet de las cosas” se vio por primera vez durante el boom del RFID, a partir del cual no ha sido raro publicar o imaginar soluciones como de plazas comerciales provistas de cámaras de CCTV incluyendo un lector RFID que logran que para cada individuo ingresando a dicha plaza se le escanee remotamente de pies a cabeza cada uno de los objeto que porte, y con esto además de conocer los modelos, marcas o incluso lugares de compra de los artículos que porta, actualizar y o consultar una base de datos en la que se tiene el perfil adquisitivo del individuo y así dar a cada tienda por la que pase una sugerencia comercial a ofrecer para cada individuo. Otra solución imaginada del lado antagónico de ésta sociedad es que los ladrones antes de entrar a alguna residencia primero hacen uso de un lector RFID para escanear desde fuera las cosas dentro y saber si vale la pena entrar a robar o no…
Estas proyecciones, ahora después de un rato de caminar parece que han perdido un poco la fuerza con la que inició, sin embargo y por lado contrario, RFID como herramienta de identificación, en el marco de una maduración a nivel global, se ha encontrado con una mayor solidez, afortunadamente el público en general a experimentado también una mejor concepción y ubicación de las bondades del RFID en sus diversas aplicaciones ya mencionadas. En el RFID se ha encontrado un sinónimo de rapidez y confiabilidad que ofrecen la fluidez y la facilidad en el manejo de la información la cual permite entre otras tantas cosas mayor seguridad y mayor reactividad frente incidencias.
Conclusiones
En Idsimex S. A. de C. V., que ha contado con grandes experiencias en el sector, nos hemos dado cuenta que “El Internet de las Cosas”… claro, puede ser el “reto”, la meta, incluso tema de debate de filósofos, sociólogos y hasta de políticos; sin embargo nos damos más cuenta que el RFID es cosa seria para ser ofertada, en el sentido que concebir un sistema RFID requiere tanto profesionalismo y experiencia como la que a menudo encuentra un Arquitecto al proyectar su próximo proyecto… hemos de empezar primero por brindar al cliente la solución específica, práctica y realista que requiere para su necesidad puntual, considerando siempre y tomando en en cuenta la realidad del mundo actual, una realidad en la que las tecnologías deben ser estandarizadas bajo un ISO para hablar un mismo lenguaje, un mundo en el que la seguridad electrónica es requerida frente a intrusiones por diversos medios de hacking, cloning o cracking, en dónde los productos están regulados bajo estrictos estándares para asegurar la salud de los usuarios así mismo la compatibilidad electromagnética con los otros productos circundantes, en dónde el mismo RFID se evoluciona dentro de otras tecnologías como WIFI, Bluetooth o el NFC.